El sudor corre por tu rostro, las gotas no se sienten y el
calor de la pieza está sofocándote, todos sudan junto a ti, los hombros se
refriegan y el humo de la pipa de marihuana sale de boca en boca, los ojos se
encuentran perdidos, sus contornos más morados y profundos que de costumbre; te paras con fuerza pero aun así tus
movimientos se notan un poco tardíos, abres la puerta y te hacen cerrarla de
inmediato con tal de que nada de aquel placer se escape. Frente a ti otra
puerta, tocas y alguien hace fuerza por la contra parte, llamas y dices tu
nombre, te abren de inmediato y ves una escena similar, pero con menos gente,
fumas unas bocanadas más y te dejas llevar por el buen rato, el buen rato y el
calor. Decides salir, la gente mira demasiado la lata de cerveza posada en una
de tus manos, sales de la habitación y bajas las escaleras, hay mucha música,
una pequeña cola en el baño y gente bailando en el centro de la sala, mucha
gente alrededor, saludas solo a algunos, a los que ya conoces, decides salir y
te encuentras con él: El joven que dice quererte más que cualquier otra
persona; sus celos resaltan en la forma de clavar su pupila en las tuyas, la
chica con quién andas no le agrada, por suerte no está en aquella fiesta.
Decides seguir caminando, en la parte de atrás del jardín hay aún más gente, uno
que otro conocido, sacas una de las muchas cajetillas que compraste y mantienes
en silencio, la gente ríe y juega entre miradas, decides subir nuevamente,
entras a las mismas piezas y decides sudar un poco más, el placer de flotar
entre las paredes gracias al verde combustible de las pipas improvisadas en
latas te llama, te mantienes ahí, ríes en exceso, los minutos pasan y aun no
terminas de sudar, bajas y te diriges a la pista de baile, un par de parejas y
algunos conocidos, decides unirte; te acercas a una de las chicas, comienzas a
bailar, las caderas están muy cerca, las respiraciones se oyen entre sus
cabellos, sonrisas y pasos sueltos entre el mismo humo de cigarrillos que no
son el tuyo, decides cambiar, te falta coraje, no eres capaz de intentar besarla
por diversión, y terminas danzando con una conocida, te retiras y subes la
escalera, alguien te llama, una cliente de lo que llamas arte, te encierras en
una pieza con ella y al parecer su amiga, las llevas tras su cortina, abres la
branula y pasas el fierro por alcohol, ella despoja parte de su ropa, tan sólo
el hombro y su pecho queda descubierto, tomas el pezón y hundes de a poco la
aguja, procurando que esté derecho, retiras la aguja y queda el catete de
plástico, ingresas el piercing y terminas el trabajo, su pecho sangra, pero se
ve complacida. Te retiras de la pieza, al parecer la noche no va tan mal, ya
vas en la quinta lata de cerveza que se encuentra ya un poco tibia, decides
bajar, el chico aún está ahí con sus amigas, un poco más ebrio qué al comienzo,
te llama, sociabilizas con ellos y te sacas algunas fotos, de nuevo te diriges
a la parte de atrás, el piso tiene más alcohol de los que había en los vasos,
la casa vacía se estaba llenando de cuerpos transpirados apoyados de las
paredes, los cuales ya se tambalean aún más que al comienzo. Ya no te quedan
latas, tus ojos están cansados y tus movimientos exageradamente lento, hablas
sin escrúpulos ni parámetros, los cigarros aun abundan y el cielo se está
acabando, sales al pasillo exterior nuevamente, el chico está vomitando, te
acercas y gran parte de sus amigas te increpan, él te mira con odio a medidas
que vomita contra la reja, decides subir y ahorrarte el escándalo, encuentras
otra habitación, la misma gente sigue fumando y la música cada vez se siente
menos, te aburres y retiras pronto. Subes la escalera, y doblas a mano derecha,
otra puerta, entras y encuentras a un grupo moderado, entre ellos una cama, en
ella el chico de la mirada rencorosa con otro joven de rostro careciente de
belleza, te mantienes ahí, hablando con los que te rodean, pasada las horas y
él se retiras, decides seguirlo para
hacer la noche interesante, bajando la escalera le tomas el brazo, él se zafa
de un movimiento brusco, lo llevas contra una muralla y con una mueca incomoda
le increpas por qué está molesto contigo, sabiendo aun la respuesta esperas a
que diga algo, te manda a la mierda con tan solo un pestañeo, decides dejarle.
Al patio otra vez, el recorrido ha sido el mismo toda la noche, pero las
personas son divertidas y el ambiente es grato. Ya está amaneciendo. Tomas
lugar entre el suelo junto a una antigua amiga, saca vodka de su mochila, es
secreto, no le digas a nadie. Ya nada pasa, todo están cayendo como moscas,
tomas tu mochila y te retiras, ella junto a su pareja deciden acompañarte, aun
te quedan un par de cigarrillos, aceptas y les invitas a tu casa, aún les queda
vodka, tardan en recorrer las calles y llegar, los aves están despertando y el
frio madrugador se apodera de las veredas, la luz tenue del despertar te irrita
un poco los ojos, matas la botella junto a una bebida cola de mala calidad en
copas parado en tu cocina. Abres la puerta de tu habitación, prendes un
cigarro, cierras las cortinas y te dejas caer sobre la cama. Fue una noche
difícil. Felicidades, superaste el último día de tu miserable año.
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