Yo no lo entiendo. No lo veo. No lo siento. o simplemente, no te entendí, ni te vi, ni lo sentí.
No lo veía venir, no pasé a ser más que un monigote de papel, un rostro sin fondos ni matices, una mente en blanco intentando regresar a su punto. Y han pasado días, y a pesar de que la tentación de llamarte y besarte me corroe los sentidos, me resguardo en el pensamiento de que estás mejor, de que tus sueños son suaves, y de que no te he perdido para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario